Una soleada mañana, mientras me acercaba a la gasolinera para volver a llenar el depósito de mi coche (“¡joder, cada día me sale más caro dar de comer al C4!”) el móvil empezó a sonar; la llamada procedía de mis amigos del Institut del Cava. Mensaje directo, en cuarenta segundos: <<Orlando, vamos a organizar un […]
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