Entre visita y visita a Santo Domingo, Valvanera, Ezcaray y, por supuesto, San Millán de Yuso y de Suso, uno no se puede perder una bodega familiar como es la de David Moreno en Badarán. No es de las famosas, esas de reconocido prestigio, pero no tiene nada que envidiar en calidad de vino, en excelentes instalaciones y en una magnífica atención personal en la visita.
Este pueblo riojano tiene una gran oferta gastronómica, pero si además uno va en grupo (unas 10 personas) puede reservar en el restaurante de la misma bodega. Un espacio al lado de la sala de barricas que resulta de lo más placentero a la vez que espectacular.
El último día que pasé por Bodegas David Moreno me encontré con una concentración de coches antiguos. Nada más y nada menos que Ford Mustang. Las instalaciones, ya bonitas de por sí, se convertían casi en un lugar idílico.
Se puede apreciar como tanto en el exterior como en el interior está cuidado hasta el último detalle. Aunque no es una de las bodegas conocidas de La Rioja, la calidad de sus vinos y ese cariz familiar bien merecen una parada, una visita, una comida y lo que caiga.
Ahora, Bodegas David Moreno ha puesto en marcha una nueva propuesta dirigida al turismo del vino con la construcción de “El Guardaviñas de David”, de casi 6 m. de altura y con un perímetro de más de 16 m. con doble pared de piedra de canto rodado y sillares.
Con esta iniciativa además de rendir un homenaje a las construcciones de una sola planta que se utilizaban para vigilar los viñedos y como refugio de los agricultores ante las inclemencias del tiempo, Bodegas David Moreno propone un programa de jornada completa que permita disfrutar desde dentro de los tesoros del mundo del vino: el viñedo, el paisaje, la bodega, el proceso de elaboración, la cata, la gastronomía y la cultura.