El cava, gracias a su variedad, marida con un amplio abanico de platos. Es muy versátil, un vino ideal como acompañamiento perfecto para una comida, desde los aperitivos a los postres, pasando por platos elaborados a base de marisco, pescado, carne, arroz o verduras. Un grado de acidez equilibrado y la presencia del gas carbónico son los responsables de la buena asociación del cava con muchos alimentos. Las formas de combinar dependen de la afinidad, cuando gustos similares se refuerzan, o de la complementariedad, cuando sabores opuestos se compensan.
El cava se clasifica según el tiempo de crianza en Joven, Reserva, Gran Reserva y Rosado y por la cantidad de azúcar en Brut Nature, Extra Brut, Brut, Extra Seco, Seco, Semiseco y Dulce.
El cava joven con una crianza mínima de 9 meses se caracteriza por su sabor afrutado y ligero lo que hace que combine a la perfección con unas gambas rebozadas, buñuelos de salmón, pulpo, vol-au-vent de verduras, tarrinas de foie-gras, huevos fritos, aceitunas, aguacate, almejas o berberechos.
El Reserva se distingue por su crianza mínima de 15 meses y acompaña muy bien a los langostinos, rollitos de primavera, buñuelos de verduras, jamón ibérico, queso, caviar y frutos secos, entre otros.
El Gran Reserva, con un tiempo de crianza de 30 meses mínimo, es cava único por su sabor intenso que lo hace perfecto para combinar con cualquier tipo de snack, una tradicional tortilla de patata, unas porciones de queso de oveja, una brocheta de ternera o unos mariscos a la plancha.
Por último, el cava Rosado, elaborador, habitualmente, a partir de monastrell, garnacha tinta, pinot noir y trepat, aromático y ligero, da un toque «chic» a cualquier evento, el acompañante perfecto para aperitivos, arroces, frutas y repostería.
Por otro lado, el cava Brut Nature es el único que no contiene ninguna cantidad de azúcar añadido, es quizá la variedad más recomendable para consumirla durante el verano puesto que es ligero y combina con todo tipo de ensaladas y platos de marisco. La familia de los Brut, los que menos azúcar añadido contienen, son los que mejor encajan con aperitivos, ahumados, embutidos, pescados a la parrilla o mariscos pero de la misma manera son también ideales para tomar con carne porque sus burbujas actúan como un limpia grasas.
Los expertos recomiendan tomar el cava a una temperatura de 6 a 8 grados. El mejor procedimiento para enfriar la botella es refrescarlo en una cubitera con hielos como mínimo media hora antes de su consumo y para hacerlo lentamente puede utilizarse el refrigerador con 24 horas de anticipación. .
La manera más adecuada de disfrutar de cualquier tipo de cava es tomarlo en copa de cristal tipo flauta, alargada y estrecha, ya que favorece desprendimiento de las burbujas y permite apreciar el color y la luminosidad de este vino espumoso de fama internacional.
Los 4 sabores principales
– El cava marida con los sabores salados por el efecto refrescante del carbónico que hace posible la perfecta combinación con el cava.
– Los sabores ácidos combinan mejor con el cava que con otros espumosos, especialmente los que contienen menos gramos de azúcar por litro, pues presentan una menor acidez.
– Con los sabores amargos, el cava ayuda a potenciar el punto amargo de algunos alimentos, como la endivia, la alcachofa o los espárragos.
– Con los sabores dulces, el cava produce un balance interesante al combinarse con el efecto efervescente. Esta es una clara consecuencia de la afinidad por complementariedad pues la acidez del carbónico mitiga la sensación dulce y ésta, a su vez, compensa la acidez.
– Además de la armonía con los cuatro sabores principales, hay que tener en cuenta que el cava acompaña especialmente bien a los alimentos grasos porque el carbónico ayuda a rebajar la sensación grasa en boca.
3 platos y un postre
Para cada plato, para cada momento, hay un cava apropiado:
– Aperitivos, entrantes y verduras: un cava Brut Joven, equilibrado, fresco y elegante, adecuado para diversidad de alimentos.
– Pescados y mariscos: combinados con un cava Brut Reserva fermentado en Barrica que con su fina presencia de carbónico lo hace refrescante y acompaña a la perfección los sabores salados.
– Carnes, a la plancha o al horno: se complementa con un cava Brut Nature Gran Reserva que compensa el sabor de la carne.
– Postres: se seleccionó un cava Dulce que invita a seguir tomando el postre.
Parece ser que todavía no estamos acostumbrados a acompañar una buena comida de un buen cava. Hemos de reconocer, que hoy en dia, somos de la cultura de pedir un vino tinto para las carnes o de un buen vino blanco para el pescado, sin pensar en alguna ocasión que disponemos de unas de las mejores bebidas que se realizan en nuestra tierra: el cava.
Así como se ha comentado, existe un diefrente cava para cada plato, y hay una oferta cada vez mayor en el mercado, disfuesta a satisfacer los diferentes gustos de cada consumidor.
Actualmente, ya no solo existe cava para beber durante la comida, sino como ingrediente de excelentes platos o postres: el nuevo caga solificado de AGUSTÍ TORELLÓ, fruto de la colaboración de Josep Roca (Celler Can Roca, 5º mejor restaurante del mundo).
nuestra amiga maite se sorprende dela exquisitez de un gran cava con las comidas yo personal mente opino que cuando comes con un reserva de familia sientes que estas en otra dimencion no te ves hartoooo