Rosados de ensueño

Rosados; ¿sólo refrescantes vinos para el verano? Mis sentidos anhelan sentir, en estos vinos, la expresión de sus uvas, del suelo que las alimenta; su peculiaridad, la personalidad de su enclave. EXPRESIÓN con todas las letras y en mayúscula. Sentir el rosado, percibirlo sensorialmente, es algo maravilloso, si este resulta aterciopelado, amplio, fresco, fruta efusiva, estructura y profundidad en el paladar.
Singularidad, si, siempre; maderización, no, por favor. ¡¡Mucho cuidado!!  Querer dotarlo de cuerpo, amplitud, carnosidad, si es a cambio de perder su carácter frutal, su desenfado juvenil, su frescura inmediata y sincera, no es un compromiso aceptable. Pero si mantiene su glamurosa sensualidad, sus evocadores matices varietales, su elegante brillantez cromática y además se enriquece de notas de complejidad propias de la fermentación  en barrica, entonces es cuando nuestra mente, aleccionada por nuestro paladar, se pregunta:
<<¿Entonces es posible percibir toda la gama de sensuales emociones con un rosado?>>
En las botellas de Alma de Tobia 2008 y Pricum Rosado Fermentado en Barrica 2009 está ese éxtasis.

Alma de Tobía 2008 (Bodegas Tobía, DOC Rioja)

No es casualidad que ahora traiga una añada anterior; os puedo asegurar que la 2009 es jovial, cargada de expresividad, como estaba la 2008 recién embotellada; pero quería saber, como atemperaba la botella ese primer ímpetu juvenil. Y los meses de placentero reposo aportan una sutil carga de madurez a un vino que mantiene su mayor característica: una fruta de atractiva acidez explosiva y envolvente a la vez, sensual, con un recorrido seductor, elegante y untuoso, al que es imposible renunciar, pues deja en la memoria, en el recuerdo, la esencia de su alma.

Su ficha técnica nos presenta un vino elaborado de tempranillo (60%), graciano (25%), y otras; varietales, que en nuestro paladar, se convierten en frutos rojos, notas profundas de cerezas, en ligeros  aromas de panadería recién horneada y ligeras y elegantes notas de regaliz acompañados de destellos balsámicos, recuerdos de hierbas de romero. Comunión de frutosidad y aportes de sotobosque realmente cautivadores.
Volviendo a su ficha, nos habla de fermentación en barricas de roble francés, cinco meses cohabitando el mosto con sus lías, que son removidas de forma periódica. Y el gusto vuelve a insinuar, en el trago, personalidad y carácter, elegancia y plenitud, delicadeza y mucha sensualidad.
El autor comenta, sobre su vino: “Para mí Alma Tobía Rosado es un vino que nos invita al placer, a la alegría y al optimismo, un vino con luz”.

Pricum Rosado 2009 (Bodegas Margón, DO Tierras de León)

¿La perfección existe? Posiblemente uno empiece a saber que forma adopta, cuando tiene el placer de disfrutar del primer trago de este rosado de Prieto Picudo, elaborado en Pajares de los Oteros, provincia de León. El secreto no es la mano de Raul Pérez (qué algo tendrá que decir!), sino el campo, el viñedo,  esas viejas viñas de prieto picudo mimadas durante decenios para regalarnos hoy esta expresión frutal y floral.
Resulta tan fascinante en nariz, que es difícil dejar de deleitarse con esa macedonia de frutos rojos, donde los arándanos juguetean con los fresones golosos y la esencia floral aporta hechizo; ligeras notas de bollería fina participan de este frenesí que pasa por la boca goloso y pletórico de frescura, recreándose en la carnosidad, en su sedosa untuosidad, para mostrarse profundo y envolvente, dejando tal recuerdo (allí donde nuestras primeras neuronas sensitivas se confunden con el velo del paladar) de mermelada de frambuesa, perfecta de maduración, que el deseo, la pasión alcanzan niveles incontrolables.
Siete meses de fermentación y crianza en fudre ovalados de roble francés aportan a esta impactante uva, prieto picudo, una gama aromática y gustativa embriagadora, arrebatadora.