La propuesta de este post, de esta entrada, se sale, en cierta manera, del mundo vinícola, aunque tiene alguna relación; el pasado fin de semana decidí desconectar y buscar un lugar, cercano a Madrid, donde poder buscar cierta calma interior, y dedicar el tiempo al reposo del alma y de la mente.
Mi elección fue Cuenca, más concretamente el Parador de Cuenca, una magnífica instalación situada en el antiguo Convento de San Pablo, con un ubicación privilegiada, en la Hoz del Huecar, con una panorámica espectacular de la parte monumental de esta encantada ciudad.
Como mis viajes siempre tienen un tono vinícola, en mis estancias en el claustro del parador, y en mis comidas, sólo me acompañaron vinos de esta provincia, vinos que empiezan a despuntar y a reclamar mayor atención de la prestada hasta el momento; más allá de los más conocidos Finca la Estacada, de Tarancón, o Calzadilla (su monovarietal de syrah es realmente interesante), hemos de destacar las grandes aportaciones que están haciendo bodegas como Mont-Reaga o Campos Reales (Canforrales).
Cuenca es una ciudad abrupta y hospitalaria; llena de lugares para visitar, y rincones para deleitarse. Una ciudad enclavada entre dos hoces, la del rio Jucar y la del rio Huecar. Es una ciudad preciosa para recorrer sus calles, conocer su Plaza Mayor, la Catedral, ese Ayuntamiento Barroco, el Museo Arqueológico o las Casas Colgadas. Aunque quizá no sea esta época la mejor para visitar todo este legado histórico.
Durante nuestra escapada tuvimos la ocasión de charlar con el Director del Parador, Francisco Contreras, quien nos descubrió algunos rincones muy interesantes del antiguo Convento de San Pablo. El reportaje sobre la visita, emitido el viernes 13 de Febrero de 2009 en el programa «Paisajes y Sabores» de Radio Exterior de España, lo puedes escuchar completo aquí:
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