Ficha de cata: Este cava juega la Liga de Campeones; y siempre sale de cabeza de serie. Ver su carbónico en la copa es ya todo un espectáculo; ese fino, suave y aristocrático ascender, desde el centro de la copa, entre los destellos ocres pero resplandecientes. Lenta elevación que se muestra señorial y fresca a la vez. Estamos hablando de un cava muy particular, cuyos vinos han hecho crianza de hasta 10 meses en barrica; vinos que provienen de un solo viñedo, donde maduran las tres variedades. Y se muestra, en la copa como si los años de reposo, de silenciosa y tranquila crianza en rima, no hubieran pasado para él.
Elegancia que se trasmite en sus aromas; mineral y muy suave, esos toques terrosos, sugerentes, comulgan en perfecta simbiosis con perceptibles tonos de manzanas maduras. Notas ajerezadas, ligeramente amontilladas, que combinan con los recuerdos de hierba fresca. Evocaciones de frutos secos, llenos de cremosidad, algo tostados, que se equilibran con las notas calcáreas. Complejidad en perfecto equilibrio, conjunción en perfecta armonía.
Atracción que se encumbra en el paso por la boca; cada ligera cadencia hacia el final del paladar se muestra personal, seco, pero impregnado de notas golosas, maduro y sin embargo cargado de vitalidad. Hablamos de una añada para la que han pasado 8 años, y sin embargo la acidez es refrescante y muy presente. Un paso untuoso y muy estructurado, con una amplitud apasionante, que deja el recuerdo de su paso en cada uno de los rincones en los que se exhibe. Equilibrado, magnífico, muy personal.

COMUNIÓN GASTRONÓMICA:

Burger foieink.

SENSACIONES A PIE DE MESA:

Mila: Sencillamente, la ostia. Diferente, delicado; La comunión de cava y mini-plato es simplemente maravilloso. Si la perfección existe, está en la conexión entre este cava y este plato. No hay palabras, hay goce en la armonía.