Bodegas y Viñedos Casa del Valle se encuentra en Toledo; o más bien entre Madrid y Toledo, porque sus viñedos se asoman con igual majestuosidad sobre ambas provincias. Situado en el término de Yepes, ve pasar el rio Tajo a pocos metros, frontera natural en esta parte de la meseta castellana. Y esta situación privilegiada, estar a menos de una hora de Madrid, es uno de los encantos de esta bodega, cuando de enotursimo hablamos; pero ni es el único ni es el más significativo.
En Casa del Valle podrás convertir tus sueños enológicos en realidad. Y lo digo porque lo he vivido y lo he sentido; Sus más de 200 hectáreas te invitan a perderte entre viñedos; pero también lo puedes hacer entre olivos, ya que una parte importante de su tierra está tomada por la «cornicabra» y últimamente, por la picual y la arbequina. Olivas que generan un aceite extraordinario, hoy producido en la almazara de Ocaña, y en unos años, seguramente, en la propia almazara de Casa del Valle, y es que el aceite invade la mente y el corazón de los productores del vino (y también de los amantes). Como digo puedes pasear entre viñas, olivos, o una zona reservada a masa arbórea; todo un placer, sobre todo en mañanas no muy calurosas, cuando el sol despunta por el horizonte, o cuando éste está presto a ocultarse por el poniente. Imagínate que al final del paseo, te espera una copa de Finca Valdelagua, el niño mimado de Daniel, el enólogo y responsable de la bodega, un coupage de Cabernet Sauvignon, shiraz y merlot muy recomendable, cuya primera cosecha, 2004, tuvo gran éxito y aceptación (es el que tuve la gran suerte de degustar), y que según su autor, el 2005 viene mejor. Pasear y degustar un gran vino viendo los orígenes de ese caldo, mientras una ligera brisa te refresca: impagable placer.
Son dos de las múltiples variantes que se pueden vivir en esta bodega castellana, perteneciente al Grupo Olarra; son las que yo disfruté, pero tu imaginación puede marcarte otros senderos de placer. La sala de barricas, fresca y silenciosa, ordenada y pulcra te invita catar en ella, a conocer las nuevas añadas y a ver como evoluciona el líquido que allí reposa; hacer un curso de cata en ella, o pasar una jornada entera en la bodega, comida en sus salones, magníficamente ambientados, o en su jardín, verde y lozano.
Como no, puedes hacer una visita más típica y tópica, donde Sara, la responsable de enoturismo, te explicará, con simpatía y gracejo, todo el proceso del vino, desde que llega la uva hasta que inunda tu copa.
Bodegas y Viñedos Casa del Valle tiene infinitas posibilidades para los que amamos el mundo del vino; y eso es algo que me entusiasmó de esta bodega. Está abierta a la propuesta del cliente, siempre expectante ante nuevos desafíos, nuevos retos, dispuesta a agradar al viajero enamorado del vino, con la única intención de que éste no salga indiferente. Sus vinos ayudan al disfrute, tanto el ya mencionado «coupage» como los Haciendas que elaboran, monovarietales de Cabernet Sauvignon y shiraz.