Uva: Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Merlot y Graciano.
Bodega: Bodegas Marco Real.
Crianza: 18 meses en barrica de roble francés. 24 meses en botella.
Precio: 9,5 €
ELECCIÓN DE: Carlos E. López, Catador y Socio Fundador de la Asociación Grupo de Cata BACO VIVE.
Bodegas Marco Real tiene su sede en Olite, preciosa ciudad medieval y monumental, que antaño fue sede de losReyes de Navarra y, hoy en día, lo es del Consejo Regulador de la Denominación de Origen de Navarra.
Esta D.O. ha sabido, como pocas, navegar entre la tradición y la modernidad; con gran respeto por las técnicas tradicionales y el sabio legado vinícola de sus antepasados y una decidida apuesta por la modernidad y el futuro. Como prueba de ello ahora se pueden encontrar en Navarra muchas bodegas con instalaciones realmente modélicas.
La bodega Marco Real fue fundada en 1989; tiene un diseño vanguardista, unas instalaciones amplias, dotadas de las más modernas técnicas de vinificación y una capacidad de elaboración superior a los dos millones de kilos de uva que destina principalmente para la elaboración de crianzas y reservas de gran calidad.
El vino que hemos seleccionado en esta ocasión, desde luego la tiene y por arrobas. Marco Real Reserva de Familia es uno de los vinos estrella de esta bodega; un vino muy pensado, fruto de la selección y coupage de 4 variedades: 55% Tempranillo, 30% Cabernet Sauvignon, 10% Merlot y 5% Graciano; y que tras una crianza de 18 meses en barrica nueva de roble francés ha desarrollado unas características organolépticas realmente destacables, que lo hacen acreedor a nuestra elección. Pero si a lo ya dicho añadimos que su precio ronda los 9 euros, entonces no nos cabe ninguna duda de que nos encontramos ante uno de esos vinos cuya relación calidad precio es de las de quitarse el sombrero.
De su cata, efectuada a 18 grados, destacamos:
Vista: Rojo picota de ribete granate, capa alta y lágrima densa con bastante arrastre de color.
Nariz: De intensidad algo comedida, al principio, franca y con complejidad. Pasados unos minutos, cuando se airea, su gran frutosidad (fruta negra y roja madura) se manifiesta con fuerza, nítida y acompañada de toques especiados (canela y vainilla) y tostados. Cuando evoluciona el predominio aromático es del cacao y chocolate negro en licor.
Boca: Buen ataque, sabroso, seco, de cuerpo medio, buena amplitud, afrutado y tostado, con unos taninos fundidos, correcta acidez y un final de buena persistencia, ligeramente espirituoso y cálido.
En conclusión, es un vino que destaca por su acertadísimo paso por madera, con una nariz sutil y elegante y por una boca muy madura, equilibrada y amable.
Nuestra puntuación: 8,7
OPINIÓN Y CATA DE: Antonio Rubio, enólogo.
Creo que si hay alguna zona destacada en este juego de TRES COPAS UN VINO, sin duda esa es Navarra. Una DO que ya ha aparecido con anterioridad y que es el ojto derecho de uno de mis compañeros de cata.
Hay que reconocerle a la DO Navarra el gran esfuerzo que están llevando a cabo para dar a conocer sus vinos, porque como ya sabemos por triste que sea, la calidad no es suficiente a la hora de vender el producto. Y creo que ese esfuerzo está dando sus frutos, ya que raro es el restaurante o tienda especializada que no cuenta con Navarra como uno de los apartados de su carta.
Esta vez nos toca una bodega de Olite, que pertenece al Grupo La Navarra quizás más conocida por su pacharán, aunque también está ofreciendo una altísima calidad en sus vinos, apostando por diferentes zonas como Navarra, Toro, Rueda o incluso Mendoza (Argentina).
Clasificado como reserva (mínimo de 3 años de crianza en bodega), este vino muestra una altísima concentración de color y matices que no denotan un exceso de evolución. La nariz muestra una variedad de frutas complejas maduras (principalmente rojas como la cereza) dejando los aromas de la crianza donde deben de estar, en un segundo plano que otorguen profundidad y complejidad al conjunto. Estos aromas terciarios nos acercan a las especias dulces como la vainilla y la canela, dejando lugar incluso a una cierta mineralidad.
En boca es de entrada muy golosa, con un paso fresco a la vez que cálido (muy buena la conjunción entre alcohol y acidez), con una astringencia totalmente domada durante los años de guarda, dando lugar a sensaciones aterciopeladas dándonos sensación de plenitud y volumen. Su final es concentrado, largo y muy agradable destacando de nuevo la frutosidad. Buen equilibrio.
Mi valoración: 88 puntos, porque difícilmente encontrarás un vino de este precio con tanta calidad. Qué bien me va a encajar con el solomillo ibérico que tengo en el fuego.
OPINIÓN Y CATA DE: Roberto Jiménez, sumiller del Restaurante-Vinacoteca Las Nieves, situado en Alcorcón (Madrid).
Nos encontramos ante un gran vino, con grandes cualidades para competir sin complejos, todo muy bien ensamblado.
Marco Real Reserva de Familia recibió, el año pasado, el premio Gran Baccus de Oro, y después de catarlo, uno entiende porque lleva en la parte superior de su etiqueta este distintivo de la Unión Española de Catadores.
Este vino de la bodega navarra afincada en Olite, la capital del vino de Navarra, resulta cautivador desde su servicio en la copa, su alta capa y su intenso color rojo picota; su densa lágrima y su ribete granate, de tonalidades brillantes y vivas, potencian el efecto sugerente de este vino elaborado a partir de un acertado coupage de tempranillo, cabernet sauvignon, merlot y un toque de graciano.
La atracción de Marco Real Reserva de Familia 2004 se acentúa cuando aproximamos la copa a nuestra nariz; la fruta madura, sobre todo frutas del bosque, está muy presente y sus aromas predominan en una primera toma de contacto. Pero las sensaciones de bollería, ciertos matices golosos, y los tonos de canela pronto se expresan con claridad y toman protagonismo. Una amalgama de colores sensitivos, sutiles y perfectamente acoplados, llenan de pluralidad el olfato de este vino, un vino sugestivo, un vino atrayente que te lleva a su disfrute en boca, gracias a su insinuante nariz.
En boca Marco Real Reserva de Familia 2004 presenta un paso firme y frutal, muy bien estructurado, dejando presencia de sus potencialidades, un tanino muy fino, presente, excitante y una ligera acidez fascinante. Un vino sensual, carnoso y amplio que se enseña con una persistencia muy larga, y dejando un recuerdo muy frutal adornado de ligeros toques balsámicos.
Catando y disfrutando de este gran vino navarro me vienen a la mente algunos platos, de carne ibérica, que sin duda alguna armonizarán de manera perfecta; pero de entre toda la gama de carnes que podemos extraer del cerdo, tengo la sensación, y es mi recomendación, que al lado de un plato de presa ibérica, pasada simplemente por la plancha (ideal si pudiéramos hacerla a la leña) formará un maridaje extraordinario. Por aportar otra opción, aproximar la copa de vino a un solomillo de ternera blanca será una estampa deliciosa.
Mi puntuación: 9,0 puntos.