Uva: Monastrell.
Bodega: Bodegas Hijos de Juan Gil.
Crianza: 12 meses en barrica de roble francés.
Precio: 9,5 €
Bodegas Hijos de Juan Gil (DO Jumilla) es una de las bodegas más antiguas de Jumilla; sus inicios se remontan a principios del siglo XX, año 1916, cuando el bisabuelo de la generación que actualmente lleva el timón de la empresa construyó una pequeña bodega en el centro de Jumilla.
Hoy en día ubica sus instalaciones a pie de viñedo; la zona donde están sus mejores uvas le llaman el Paraje de la Aragona, en el Término de Arriba, la zona más alta de Jumilla, soleada y protegida, que otorgan madurez y frescor a la uva.
En total son 120 hectáreas situadas a 700 metros de altitud sobre el nivel del mar; un suelo pedregoso y calizo, de bajos nutrientes, y unas condiciones climatológicas extremas, clima continental, de días abrasivos en veranos, y noches muy refrescantes, diferencia térmica amplia; condiciones que hacen de esta monastrell, una uva muy concentrada e intensa en aromas, de bayas pequeñas y escasos racimos por cepa.
ELECCIÓN DE: Carlos E. López, Catador y Socio Fundador de la Asociación Grupo de Cata BACO VIVE.
La D.O. Jumilla, está enclavada a caballo de las provincias de Albacete y Murcia; su ubicación, en una de las regiones más cálidas de Europa con más de 2.900 horas de sol al año, y junto al litoral Mediterráneo que vio desfilar por sus costas a fenicios, cartagineses, griegos y romanos trasportando ánforas repletas de vino, le confiere unas características singulares para la elaboración de vinos de acusada personalidad.
La zona de Jumilla, en la que predominan los suelos de color claro, áridos y pedregosos en sus valles, planicies y colinas, tiene entre sus variedades una reina indiscutible, la Monastrell; variedad que desde hace pocos años parece haber sido redescubierta como capaz de producir vinos estupendos, modernos, equilibrados y sabrosos; ¡ah! y créanme Vds. no regalo en lo más mínimo, ninguno de estos calificativos.
Quien ha probado los vinos actuales de esta zona se da cuenta que los enólogos han descubierto el secreto para elaborar vinos de calidad, con un carácter y personalidad propia.
Y esto es lo que hacen con maestría la bodega Juan Gil, bodega que viene trabajando con la Monastrell desde 1916 y que ha sabido entender, dominar y sacar el mejor partido a esta uva preñada de sol y que por ello, es proclive a producir vinos de alta graduación, carnosos, tánicos y de intenso color; dominando todas estas características hasta lograr conseguir lo mejor de su potencial.
Juan Gil 2006 es un buen ejemplo de lo anterior y para ello, la bodega ha seleccionado uvas de cepas de Monastrell de más de 40 años de edad y muy corta producción y ha sometido al vino a una crianza de 12 meses en barricas de roble francés. El resultado es este vino pleno de fruta, sabor, complejidad, potencia, madurez y buen equilibrio.
Ficha de Cata:
De su cata, realizada a 17 grados, destacamos:
Vista: Limpio y brillante color rojo picota de ribete granate con tonos carmesí, capa muy alta y lágrima de gran densidad y con arrastre de color.
Nariz: De buena intensidad, franco, agradable, goloso, licoroso, casi achocolatado. La fruta negra madura, casi en compota y con recuerdos escarchados, está muy arropada por notas especiadas dulces (canela, vainilla y cedro) con ligeros toques mentolados, café puro, bombones de chocolate negro en licor, balsámicos, cremosos tostados de una crianza en roble muy bien integrada con la fruta. Cuando sube un poco la temperatura de la copa la evolución del bouquet es notable, resultando aún más goloso y sugerente y aparecen notas florales que nos recuerdan a flor de glicinia.
Boca: Resulta fácil de beber y agradable, quizás una de las grandes virtudes de este vino, al que por su color, graduación alcohólica y origen mediterráneo se le espera encontrar más racial y corpulento. En la boca es bastante redondo, afrutado, sabroso, untuoso, de media estructura y buena amplitud. Sus taninos son maduros, pulidos, de calidad y le aportan consistencia; pero lo que es realmente destacable es su acidez, fresca, rica e integradora de todo el conjunto y que conduce hacia un final de boca grato y de buena persistencia.
En resumen, un estupendo monovarietal de Monastrell, equilibrado, maduro y, a la vez, potente y elegante. Un vino en el que se ha cuidado todo (tapón, botella, etiqueta) y que tiene una excepcional relación calidad-precio.
Estoy convencido de que después de beberlo tendremos una idea muy acertada del potencial de la Monastrell y de la calidad de la zona de Jumilla que en temas enológicos ya poco o nada tiene que ver con tiempo pasados.
Nuestra puntuación: 8,8
OPINIÓN Y CATA DE: Roberto Jiménez, sumiller del Restaurante-Vinacoteca Las Nieves, situado en Alcorcón (Madrid).
No sé si existen los vinos anticrisis, pero igual habría que empezar a buscarlos y etiquetarlos, pues el consumo de este elixir de dioses ha bajado considerablemente en los últimos meses; pues si realmente existen este tipo de vinos, Juan Gil 2006 12 meses debería estar en el top ten de esta lista, porque este vino, de precio impresionante, es un lujo de vino. Estamos ante un vino que podría ser ejemplo para otras bodegas, que siguen empeñadas en ofrecer grandes vinos (o no tan grandes, eso va en gustos) destinados a unos pocos elegidos. Señores, señoras, aquí tienen un grande a un precio asequible a cualquier bolsillo (paradigma de esta sección, de 3 Copas 1Vino, descubrir esos vinos, grandes, inmensos, a precios accesibles).
Juan Gil 12 meses 2006 es un vino de capa media-alta, un vino de color cereza oscuro, y un atractivo ribete violáceo; un vino que se presenta vivo y atrayente desde el primer momento.
En nariz nos encontramos con un vino potente, con marcadas notas propias de la uva que le ha hecho crecer, la uva monastrell; mucha expresión frutal, frutas rojas maduras combinadas con un toque mineral, presencia de la barrica, muy complementaria, aportando tonalidades cremosas, y un fondo de caucho quemado muy sugestivo. Este fondo convive con la presencia de especias negras, y esos sutiles cafés propios de los aromas tostados, pudiendo percibir un conjunto complejo y atractivo. Los aromas de este Jumilla nos invitan a catar el vino, a hacerle recorrer nuestro paladar.
La entrada en boca es golosa y firme, mostrándose, a su paso, potente y sabroso. Vino redondo y seductor, de marcada y necesaria acidez, nos deja, al final, un tanino presente pero muy bien trabajado, integrado y agradable, persistente en sus notas frutales, haciendo que el recuerdo de Juan Gil sea largo y cautivador.
Juan Gil 12 meses 2006 lo podríamos catalogar como un vino moderno, muy al gusto de las tendencias actuales. Mucha fruta, complejo, estructurado, dotado de golosura y muy atractivo en su postgusto final. Un vino ideal para acompañar con guisos de arroz sustanciosos, con fundamento, y, sin duda alguna, con todo tipo de carnes, ya sean braseadas, asadas o en preparaciones diversas.
Mi puntuación: 9 puntos
OPINIÓN Y CATA DE: Antonio Rubio, enólogo.
Vinazo la selección de este mes. Y es que Juan Gil ha sido unanimemente unos de los vinos de mejor relación calidad precio en todas sus añadas. Uno de los buques insignias de la DO Jumilla, un día señalada por el todopoderoso crítico americano Robert Parker.
Y es que mientras muchas bodegas elaboran algún vino especificamente al gusto de este afamado crítico, con el objetivo de ser señalado en sus publicaciones (y por tanto aumentando su nivel de ventas), esta bodega siempre ha sido fiel a su estilo logrando ya en el 2005 que este vino fuese puntuado con 91 puntos.
¿Pero que tienen los vinos de Jumilla que a este crítico le apasionan? Pues muchos factores. Ubicada entre las provincias de Murcia y Albacete, sus viñas se sitúan en una altiplanicie rodeada de montañas. Los suelos son pardos y calizos con muy buena capacidad hídrica y mediana permeabilidad, lo que permite subsistir a las viñas en condiciones de sequía prolongada, aprovechando bien el agua disponible. Son suelos pobres en materia orgánica y la mayoría se sitúan entre los 400 y 800 metros de altitud. El clima de la región es de tipo continental influenciado por la cercanía del mediterráneo. Es un clima soleado y árido, con unas 3.000 horas de sol al año y de escasas lluvias, unos 300 litros por metro cuadrado anuales. Los inviernos son fríos alcanzando temperaturas bajo cero y los veranos calurosos donde se superan los 40º.
Quizás no parezca el lugar ideal para instalar un viñedo pero la variedad monastrell (más del 80% del viñedo) ha hecho de esta zona su reino más afamado (con permiso de otras variedades de llegada más tardía como la syrah y el petit verdot). El resultado son vinos de color intenso y ribete violaceo, con frutos maduros en nariz y boca estructurada y sabrosa. Y eso es lo que encontramos en este vino que parece un patrón de los vinos de la zona. La madera le otorga complejidad en nariz y un final de boca más largo. Un gran vino que por su precio debería estar en todas vuestras casas.
Mi puntuación: 8,7 puntos.
¡Qué ganas me han entrado de visitar la zona!
Disfruté de la oportunidad de probar el vino hace poco, sentado a la mesa con mis socios de Viajeros del Vino, Mila, Emi y Orlando. Realmete espectacular. Lo tome acompañando a un exquisito solomillo y la combinación resultó perfecta. Es un vino fácil de beber, que te deja en boca el sabor goloso de la fruta sin perder el equilibrio y deseando disfrutar de otro trago. No soy experto, pero en cuanto que pueda me compro unas botellas.
Este fin de semana he tenido el placer de poder abrir una de las botellas que guardo con cariño en mi vinoteca. Y una de ellas, era Juan Gil 2006, que por la puntuación que tiene en la Guía Peñín, nos avecina que se trata de un vino excelente en relación calidad-precio.
Abrimos el vino 1 hora antes de catarlo, mientras preparabamos la cena.
En copa, color cereza picota intenso, con notas de frutas maduras y notas ahumadas. Vino de gran cuerpo, redondo en boca y con paso elegante.Buena estructura, donde los taninos aportan el «carácter » que posee este vino sin ser nada áspero.
Basamos la cena en avestruz a la brasa y guarnición de patatas y diversas verduras horneadas.
Hemos tenido la oportunidad de comparar el vino el mismo dia con «Casa de la Ermita » 2004 Crianza, también de Jumilla.
LA diferencia radica que este último es un coupage de diferentes uvas,como Cabernet Sauvignon, Tempranillo,etc..mientras que el primero es 100 % uva Monastrell. En mi opinión, un vino mucho más elegante y mas potente que el último.
Pienso que Maite tiene muy buen gusto, está bien informada y disfruta de la vida estupendamente. Al igual que ella, a mi también se me ocurrió en su día hacer la cata comparativa entre el Juan Gil y el Casa de la Ermita Crianza 2004 ya que éste segundo vino aunque en su composición varietal es muy diferente tiene, en mi opinión, una misma filosofía de qué es lo que quiere ofrecer en la botella. Considero que este crianza de Casa de la Ermita un vino para recomendar y no sólo por su comedido precio, sino por su gran calidad.
Ambos vinos tienen sufiecientes cualidades para gustar pero lo que hace grande al Juan Gil es que todo lo consigue basándose en una sola variedad, la Monastrell, a la que hace grande, desmitificando antiguas opiniones que mantenían que esta uva era sólo para graneles.
Es uno de los grandes de Jumilla, y siin duda alguna, con un precio realmente interesante. Poder tomar un vinazo como este a menos de 10 € es casi un regalo divino. Lo tiene todo: presencia elegante en la mesa, una entrada sensual, fresca y muy presente, una gama aromática impresionante y una boca tan sugerente que invita a seguir disfrutando.
Para mi es un fijo en mi bodega, y os felicito por haber hecho tan acertada elección.