Uva: 30% Garnacha, 30% Cabernet Sauvignon, 40% Merlot
Bodega: Venus La Universal
Crianza: 9 meses en barrica francesa.
DO Montsant
Precio: 11 €
ELECCIÓN DE: Antonio Rubio, enólogo
Montsant, pequeña denominación de origen ubicada en la provincia de Tarragona que toma el nombre de la Sierra de Montsant, verdadero icono paisajístico de la zona, es conocida porque su territorio rodea completamente a una de las Denominaciones de Origen consagradas de nuestro país: Priorato. Montsant era la zona alternativa de donde la gente compraba vinos como respuesta a los altos precios del Priorat. Sin embargo hoy en día, esta zona de vinos se va haciendo poco a poco con un nombre propio. Empezó a funcionar en el año 2001 con 20 bodegas aunque hoy aglutina más de 50.
Está atrayendo a ilustres elaboradores del Priorato como a la bodega que nos ocupa, «La Universal», propiedad de Sara Pérez (Hija de José Luis Pérez, de MasMartinet) y su marido René Barbier. Se ubica en la mítica población de Falset, entrada tradicional al Priorato. Sus vinos curiosamente siempre reciben el nombre de diosas y heroínas mitológicas. Dido, por ejemplo, es el nombre de la reina fundadora de Cartago. Este vino en su comienzo se llamó Eneas pero la bodega se vio obligada a cambiar de nombre debido a aspectos legales del registro de marcas.
Hoy en día, la bodega tiene en propiedad 4 Hectáreas de viñedo joven cuya uva complementa con la adquirida a otros viticultores de la zona a los que se les controla todo el proceso de producción. Para crear Dido cuentan con las uvas Garnacha, Cabernet Sauvignon y Merlot en las proporciones 30 – 30 – 40. Tras sus 9 meses en barrica francesa el resultado es un vino de alto carácter moderno, con muy buena capa de color. Sus aromas son mediterráneos con toques de fruta negra madura, balsámicos y cierta mineralidad. En boca es sabroso, con una buena acidez, estructurado y cálido con un final intenso y duradero. Ideal para servirlo a 14-15 grados centígrados.
Por cierto, le favorece la decantación.
Mi puntuación: 85 puntos.
OPINIÓN Y CATA DE: Carlos E. López, Catador y Socio Fundador de la Asociación Grupo de Cata BACO VIVE.
Cuando leemos la etiqueta del vino vemos que hay cosas en ella que evocan aromas de la mitología y la leyenda. La bodega se llama Venus, la diosa del amor. El vino se llama Dido, nombre de la primera reina de Cartago que muere por amor al no soportar la separación de su enamorado, Eneas, quien debe abandonarla para seguir su destino y fundar la ciudad de Troya. Además, curiosamente Eneas fue como se llamó este vino al principio, cuando salió por primera vez al mercado.
Pero Dido no puede ser más real, más vino; y lo que tiene en común con la mitología, a parte del nombre, naturalmente, es que como ésta, ha sido primero concebido en la mente de una soñadora, de una ideóloga del vino, Sara Pérez, enóloga y propietaria de la bodega junto con su marido René Barbier, y después se han puesto manos a la obra para llevar la idea a la práctica y elaborar el vino.
Y aventuro este pensamiento basándome en varias razones:
– En primer lugar por la forma en que se ha realizado la crianza del vino, sólo el 60% envejeció durante 9 meses en barricas de roble francés de 4 ó 5 años, mientras el resto reposaba en depósitos de hormigón, buscando preservar la juventud del vino y darle carácter.
– En segundo lugar por la composición del vino, un coupage de variedades de gran personalidad: 50% Garnacha, 20% Merlot, 20% Cabernet Sauvignon y 10% Syrah, lo que hace suponer que buscaban la complejidad y personalidad de la mezcla.
– En tercer lugar por el sitio seleccionado para la viña, en el término de Falset (Tarragona), en plena D.O. Montsant, quien desde sus colinas se asoma al Mediterráneo, y con suelos tan importantes como los que han llevado al éxito a su D.O. hermana del Priorato. Y
lo que han conseguido es un vino que trasmite juventud, de gran carácter mediterráneo y que resulta en la copa rico y amable.
De su cata, realizada a 16 grados, destacamos:
Vista: Bonito rojo picota de ribete granate vivo, capa alta y lágrima densa con color.
Nariz: De buena intensidad, limpio, muy frutal, destacando aromas a frutas rojas maduras, casi en compota, cálidamente golosa, matizada por notas de torrefactos, cacao, coco, yogur de frutas y algún toque de madera aromática, fino y perfectamente integrado en el conjunto aromático.
Boca: De fácil entrada por su amable ataque, tan afrutado como en nariz, untuoso, casi carnoso, de media amplitud, fresco, fácil de beber, con taninos maduros, acertada acidez y final de buena persistencia.
Nuestra puntuación: 87 puntos
OPINIÓN Y CATA DE: Roberto Jiménez, sumiller del Restaurante -Vinoteca Las Nieves, situado en Alcorcón (Madrid).
Descubrí los vinos de Sara Pérez cuando me presentaron Dido 2006; un vino espléndido, sedoso y frutal, que era un placer beber; así que cuando llegó Orlando, de Viajeros del Vino, la persona que me hizo entrar en este juego llamado 3 Copas 1 Vino, con la muestra del vino que uno de mis queridos compañeros había elegido para el mes de junio, y vi que era la última añada del vino de Venus la Universal, Dido 2007, me felicité por lo que podía ser una gran tarde de cata.
La primera impresión, nada más abrir la botella, me defraudó bastante; me encontré un vino que le costaba abrirse, muy cerrado, y con muy poca expresión aromática.
Ciertamente tenía en mi copa un vino de precioso color cereza, muy intenso, con un ribete granate, brillante y atractivo.
Pero en nariz, Dido 2007 no se revelaba como ese vino soñado; no lo es en un primer instante, nada más servir en copa. Para empezar a disfrutarlo hay que dejarlo media hora larga en el decantador. Pasado este tiempo, Dido 2007 empieza a expresarse, empieza a mostrar su carga frutal (algo que su ribete de tonalidades rojo-fresas nos hacía presagiar), dejando asomarse, de manera sutil, tímidamente, esos aromas de frutas negras, maduras, e intensas tonalidades de balsámicos. El tiempo corre de parte de Dido 2007, y esos primeros aromas reductivos se pierden por completo, para dejar paso a un ligero toque a pimienta negra.
En boca, nos muestra una entrada ligera, suave, un paso redondo y afrutado con un toque algo cálido. El tanino se muestra muy bien integrado, en armonía con la evocación frutal, frutas negras que se ensamblan, en el recuerdo que deja, con una sensación final algo ácida, que nos anticipa que su evolución en botella será positiva; y un postgusto ligeramente picante, que me deja algo desorientado.
Aunque las comparaciones nunca son recomendables, ni siquiera en el mundo del vino, Dido 2007 se ha quedado por debajo de su predecesor; tanto en aromas como en boca, no consigue mostrar la potencia y la plenitud de la añada anterior. Pasado el primer momento, una vez empieza a expresarse tras su aireación, es un vino que nos puede complementar una carne donde su guarnición tenga un toque dulce (se me está ocurriendo una presa ibérica marcada en la plancha sobre una camita de pimientos confitados).
Un vino más sutil que expresivo, más evocador que rompedor. Mi pregunta es: ¿Ganará, en los próximos meses, dejándolo redondearse en botella?
Mi puntuación: 75 puntos